
No os podéis imaginar lo mucho que he disfrutado de poder volver a agarrar la guitarra y poder tocar de nuevo después del accidente. Qué buena sensación!
Esta foto me la hicieron mis amigos Fabri y Fer minutos antes del golpe. Ya ven, uno nunca sabe qué es lo que va a ocurrir y hay que estar preparado para lo que venga, para lo bueno y para lo malo. Pero ¿Se puede uno preparar para ciertas cosas?
Pensaba en la diferencia entre existir y vivir, y en la importancia de que uno se desarrolle en aquello que le mueve, sea lo que sea, no importa. Convengamos que lo importante es el camino, y no tanto la meta, porque una vez terminas el objetivo hay cierto vacío que únicamente logras llenar al fijarte nuevas metas y emprender nuevos caminos.
Hay que saber escuchar, aunque también hay que saber decir que no. Muchos te llenarán de consejos. Todos parecen saber qué hacer con tu vida y cómo conseguir que las cosas te salgan bien, y lo cierto es que te aconsejan aquello que ellos jamás han hecho, ni intentado. No usan sus propios consejos para consigo mismos, pero están convencidos de que a ti te servirán. Te trasladan sus miedos y sus frustraciones. A veces intentan convencerte de que siguiendo sus pasos todo irá bien, sin darse cuenta de que tú quizás no quieras estar dónde están ellos, simplemente, porque no eres como ellos. Y así, tropezando una y mil veces, buscando superarte y retarte a ti mismo, alzando la vista y viendo a tu alrededor, vas encontrando tu propio camino y echas la vista atrás y te alegra ver lo que has recorrido, sí, lo bueno y lo malo también.
Me gustaría que quienes me conocen me recordasen así, como en esta foto; cantando canciones, tocando la guitarra, rodeado de amigos, sintiéndome ciudadano del mundo, compartiendo con otras personas, aprendiendo cada día algo nuevo, y no apartándole la mirada ni la sonrisa a la gente que quiero.
Nos hablamos!
Un abrazo!
Más artículos que te pueden interesar